La Batalla
CODICE DE ALFONSO X EL SABIO (1221 – 1284)
La primera referencia escrita que tenemos que hace referencia a la batalla del Primer Viernes de Mayo, es un manuscrito que fue escrito por Alfonso X el Sabio y encontrado por don Juan Martón, obispo auxiliar del arzobispo infante de Zaragoza, don Alonso de Aragón, que deseoso de ilustrar las hazañas de los montañeses en los tiempos árabes, buscó en los archivos del alcázar de Segovia (Simancas) y encontró referencias a la batalla de Jaca “Casi al final del libro IV de la General Estoria de Alfonso X el Sabio”. Le ayudó en la búsqueda el archivero don Antonio Vázquez.
La descripción de aquel remoto combate, cuya fuente alfonsina es indudable, dice literalmente:
IN DEI NOMINE. AMEN.
“Sea á todos manifiesto como en el año del Señor de 760 después de la perdición de España que sucedió en el tiempo del Rey D. Rodrigo por haber venido á ella grandissimas huestes de Moros Infieles, y guiados de Africa por la traicion de Conde D. Julian, en breve tiempo los Moros hallando los Españoles desapercibidos ocuparon casi toda España: á fuerza de armas la sometieron á la fuerza Maometana, excepto ciertos pueblos de las Asturias i otras partes vecinas de los Pirineos, á donde se haian recogido muchos Christianos entre los cuales habia algunos Obispos, Abades, Prelados, Religiosos, Eclesiásticos i algunos Nobles i Cavalleros de Aragón, i señaladamente de la Ciudad de Zaragoza, i otras Ciudades que los Moros habian ocupado,, escogiendo por cabeza la Ciudad de Jaca, fortaleciendose en ella, i en el Monte de Uruel, i en el de S. Juan de la peña, antiguamente llamado Pañon, i en otros Montes que rodean la llanura de esta Ciudad.
Vivieron muchos tiempos y la aspereza natural de los mismos Montes i aseguraban assi para salvar las vidas, como tambien para conservar la religion Christiana. Y como desde aquellas partes los Christianos se defendian de la fuerza i multitud de los Moros en partes asperas i fragosas, en espetuncas, cuevas, i otros lugares, i montes que estan acia aquellas partes, recobrando animo i esfuerzo con el favor de Dios tomaban armas, i ofendian á los Moros peleando valerosamente contra ellos. A cuya causa los Moros irritados intentaron ganar la Ciudad de Jacca.
Vinieron dos mui grandes egercitos de parte de Navarra por la canal de Jaca arriba, i pusieron su sitio entre los Rios de Aragon, i el Gas. Lo qual sabido por el Conde D. Aznar, con los Christianos que tenia, sin algun temor passó el Rio de Aragon, tomando la delantera con mucha priesa para ayudar á los Christianos de Jacca, que ya se ponian en defensa, i entre ellos havia algunos Obispos, Abades, Prelados, Nobles, i Cavalleros, i assi ajuntados el dicho Conde, i los suyos con los de Jacca salieron todos al encuentro á los Moros, i comenzaron con ellos la batalla, i estando peleando los Christianos contra los Moros, como los Moros fuesen muchos mas en numero, pues havia como doscientos de ellos para un Christiano, determinaron las Mugeres de Jacca con animos christianos, i varoniles salir á socorrer á sus Maridos, Padres, Hijos, i Parientes que estaban ya peleando con los Moros: los cuales salieron con las armas que pudieron en forma de guerra por la cantera de Aragon i fueron á mezclarse por aquella parte, mostrandose en ladera á modo de un gran Egercito, i estando los Moros peleando con los Christianos, le pareció que baxaba mui gran socorro á los Christianos, i como blanqueaban, i se divisaban las Tocas, Corpiños, i algunas blancas que las Mugeres usaban entonces, á causa de dar el sol en ellas como iban en orden de guerra les parecio á los Moros, que eran gente de armas, i creyendo venia algun gran Egercito de Francia en socorro de los Christianos, comenzaron los Moros á desmayar en la batalla, i queriendo retirarse, i ponerse en huida precipitadamente por los dichos Rios de Aragon y el Gas que vienen á juntarse en aquella, crecieron de tal manera, estando el Cielo sereno, que se anegaron mas de la mitad del Egercito Mahometano, peleando los Christianos con mucho mas animo, valor i esfuerzo con la ayuda de Dios, i de su Santissima i bendita Madre. Los Moros que quedaron fueron por los Christianos muertos i vencidos, i de tanta multitud de Moros que murieron el Rio Gas fué vuelto en sangre. Al retirarse los Christianos hallaron entre los muertos en el campo llano donde fue la batalla las cabezas de los cuatro Reyes Moros que intentaron ocupar la Ciudad de Jacca; y de alli en adelante las pintaron por ARMAS á las cuatro partes de la CRUZ Jaquesa y colorada. Assi fue librada esta Ciudad del furor, i gran poder de los Moros. Lo qual fue en tiempo del Rey D. Garcia Iñiguez cerca de los años del Señor de setecientos sesenta.
En memoria de dicho milagro, i batalla tan señalada, los Christianos edificaron una notable Iglesia á un quarto de legua de la ciudad de Jacca, donde se vieron la Mugeres, i la victoria se comenzó á conseguir á invocación de la Madre de Dios, i Señora Nuestra llamada Santa Maria de la Victoria, i hoy en dia donde fue la batlla lo llaman las tiendas por razon de las tiendas de los Egercitos de los Moros que ay pararon. De ay adelante desde dicha Ciudad de Jacca los Christianos ayudados por la bondad, i misericordia infinita de Dios nuestro Señor fueron contra los Moros recobrando el Reyno, i tierras por ellos ocupadas, i ganadas.
En memoria de esta Victoria tan grande, i milagrosa, desde que se consiguió hasta el presente todos los años, siempre y continuamente el primer Viernes de Mayo, por haberse ganado en tal dia, se guarda fiesta con Voto en la Ciudad de Jacca, y van en procesión desde la Iglesia de la Cathedral con gran solemnidad, i á pies descalzos á dicha Hermita; i los seglares, hasta los muchachos suelen ir armados con diversas armas de fuego en Esquadron dando gracias á nuestro Señor Jesi Christo, i á su Santissima Madre por havernos librado de la opresion i poder de los Infieles enemigos de nuestra Santa Fee. Y á los que van en dicha procesion con armas los Jurados de dicha Ciudad de Jacca conforme á la costumbre antigua les dan algunos dineros menudos Jaqueses, en los quales está la Cruz Jaquesa. Y el Prior de veinte i quatro de la Ciudad de Jacca lleva en la procesion un Estandarte de tafetan carmesí son unas letras doradas, que dicen: =CHRISTUS VINCIT, CHRISTUS REGNAT, CHRISTUS IMPERAT, CHRISTUS NOS AB OMNI MALO DEFENDAT, i puesta una vestidura de raso carmesi con las armas de la Ciudad, va hasta la Iglesia de nuestra Señora de la Victoria. Es tenida en mucha devocion, i á ella acuden los fieles de la Ciudad, como de otras partes, especialmente en dicho dia en que se celebra una Missa mui solemne, á encomendarse con devocion en sus necesidades á Dios, i á su Santissima Madre á honra i gloria de su unigenito Jesu Christo nuestro Señor, el qual con el Padre, i Espiritu Santo vive, i reina un Dios por todos los siglos de los siglos”.
Amen.
